En esta guía exhaustiva analizaremos la figura del avalista, su importancia en el mundo financiero y cómo tomar decisiones informadas antes de asumir este compromiso.
Definición y propósito del avalista
Un avalista es una persona o entidad que actúa como garantía adicional para el prestamista. Se trata de una figura clave que garantiza la devolución de la deuda si el titular principal no cumple con sus pagos.
Este respaldo extra ofrece al banco, arrendador o entidad financiera la seguridad necesaria para aprobar operaciones con mayor riesgo. Su intervención es frecuente en hipotecas, préstamos personales y contratos de alquiler.
Figuras que intervienen en el aval
En toda operación con aval participan tres partes esenciales:
- Avalado: solicitante del préstamo o contrato.
- Avalista: garante del pago en caso de impago.
- Beneficiario: entidad o persona que otorga el crédito.
Obligaciones y responsabilidades del avalista
El avalista asume obligaciones equiparables a las del titular principal. En un compromiso de aval:
- Responde como deudor principal frente al prestamista.
- Responde con todo su patrimonio, presente y futuro.
- El compromiso suele ser solidario, sin necesidad de reclamar primero al avalado.
- Puede establecerse un aval parcial, limitado a un porcentaje de la deuda.
- La obligación se hereda y puede recaer en sus herederos tras el fallecimiento.
Beneficios y relevancia de la figura del avalista
Incluir un avalista en la solicitud de crédito permite acceder a préstamos con tasas de interés más bajas y condiciones más favorables. Además:
• Facilita el acceso al crédito a jóvenes o personas con historial limitado.
• Incrementa la confianza de la entidad financiera, reduciendo el riesgo de rechazo.
• Permite negociar plazos y montos más altos, especialmente en hipotecas de primera vivienda.
Requisitos para ser avalista
Antes de aceptar este rol, el candidato debe cumplir ciertos criterios básicos:
– Ser mayor de edad y demostrar solvencia económica con nóminas estables.
– Presentar un patrimonio suficiente y ausencia de deudas pendientes.
– Superar el análisis de riesgos del banco: historial crediticio, préstamos activos y activos disponibles como garantía.
Riesgos y consecuencias para el avalista
Asumir el aval conlleva riesgos considerables. Si el avalado incumple los pagos, el prestamista podrá reclamar el total de la deuda al avalista, incluyendo intereses y gastos asociados.
Además, la responsabilidad queda registrada en la CIRBE, afectando la capacidad de obtener crédito en el futuro. En caso de impago persistente, puede derivar en embargos y aparición en listados de morosidad.
Alternativas y recomendaciones
Para minimizar riesgos, es aconsejable considerar medidas de protección:
- Negociar un aval parcial o temporal que limite el compromiso.
- Solicitar la liberación del avalista cuando la deuda disminuya por debajo de cierto umbral.
- Verificar la solvencia y responsabilidad del avalado antes de firmar.
- Leer cuidadosamente todas las condiciones del contrato y buscar asesoría legal.
Preguntas frecuentes y errores comunes
Existen dudas habituales entre los aspirantes a avalista:
• ¿Puedo solicitar un préstamo si ya soy avalista? Sí, pero con mayores dificultades y un análisis más estricto.
• ¿Qué ocurre si hay varios avalistas? La responsabilidad puede ser solidaria o mancomunada según el pacto con la entidad.
• ¿Cuál es la diferencia entre aval personal, bancario y sobre bienes? A continuación se presenta un breve resumen:
Contexto legal y regulación
En España, el aval se regula principalmente por el Código Civil y la Ley Hipotecaria. La obligación debe reflejarse por escrito en el contrato correspondiente y firmarse ante todas las partes implicadas.
Es imprescindible revisar cláusulas sobre plazos, formas de reclamación y condiciones de liberación para evitar sorpresas futuras.
Avalista en alquiler: casuística especial
En el ámbito del arrendamiento, el avalista cubre rentas impagadas, desperfectos y otras obligaciones del inquilino frente al propietario. Esta práctica se ha extendido ante la insuficiencia de la fianza tradicional.
Antes de asumir esta responsabilidad, conviene analizar el perfil del arrendatario, las condiciones del contrato y establecer límites claros en el periodo de garantía.